Desde hace siglos surgió una leyenda sobre el tequila, que se dio a conocer por los aztecas. Se dice que los indígenas de Jalisco en una ocasión se refugiaron en una choza debido a que hubo una gran tormenta, de pronto, un rayo cayó sobre los mezcales ( agave azul ) y se incendiaron. Una vez que pasó la tormenta, notaron que en el ambiente había un olor agradable. Entre los indígenas que estaban en ese lugar, uno decidió probar una rama de agave tostada y le supo dulce, y los demás se animaron a probarlo, de pronto se les ocurrió dejar la planta en agua y se fueron de ese lugar, no sin antes disfrutar el olor de los plantíos. Después de varios días, al regresar a la choza, vieron que del agua que habían dejado, salían burbujas. Al probarla, tuvieron cambios de personalidad y se embriagaron. Desde ese día consideraron que esa planta era un regalo de los dioses y la prepararon para las festividades de los jerarcas aztecas.
A la llegada de los españoles, Moctezuma II le ofreció un banquete a Hernan Cortés y a sus hombres, en el que se incluyó esta bebida. Desde entonces, los españoles sometieron el agave azul a un proceso de destilación y resultó una bebida muy fuerte de mezcla y de aguardiente; es así como el mezcal y e tequila dio paso a una gran industria y fue dada a conocer por el mundo entero en el siglo VXII. Actualmente es una bebida mexicana por excelencia.